Llegamos al santuario de Okon, junto a Bernedo a las 9:30h, la niebla cierra las cumbres pero con las ganas que tenemos de monte eso no nos va a parar.
Salimos por el ancho camino señalizado GR1 que sale desde el aparcamiento del santuario, pronto nos internamos en un bonito hayedo que con la neblina tiene aun mas encanto. La pista hace varios zigzag y se convierte en un sendero done la pendiente se mantiene constante.
Al cabo de una hora mas o menos llegamos a la base del bonete de San Tirso, una enorme bola de roca que nos indica que ya estamos en el collado muy cerca de la cima ya que la niebla nos quita cualquier referencia.
Siguiendo por el sendero bien marcado llegamos a la ermita de San Tirso, incrustada en la roca y que marca el comienzo de la trepada final a la cima. Esta es la zona mas comprometida y que puede echar para atrás a alguna persona. La trepada no tiene dificultad pero si hay que poner cuidado si la roca esta mojada como es nuestro caso. Tras superarla un sendero bastante aéreo en algunos pasos nos lleva en cinco minutos a la cima del san Tirso, coronada por un peculiar gallo. Nos ha costado una hora y media aproximadamente.
La niebla nos impide disfrutar del paisaje así que permanecemos poco rato en ella, deshacemos el camino detrepando con cuidado hasta la ermita y volvemos a Okon por el mismo camino de subida.
Corta subida a esta emblemática cima de la sierra de cantabria, que nos llevara en total algo menos de tres horas, sin especiales dificultades hay que poner cuidado con los resbalones en la trepada y el sendero de la antecima.
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